Muere a los 92 años el padre de los videojuegos

09/Dic/2014

La República

Muere a los 92 años el padre de los videojuegos

Ralph Baer, el padre de los videojuegos, ha fallecido a los 92 años de edad en su hogar de Manchester (Nuevo Hampshire, EEUU).
Durante la Segunda Guerra Mundial, Baer, de origen judío, tuvo que huir con su familia de Alemania a EEUU. Una vez terminada la guerra pudo completar sus estudios y empezó a trabajar en varias empresas relacionadas con la electrónica.
En 1957 entró a formar parte de la empresa de electrónica para defensa militar Sanders Associates y nueve años más tarde creó la primera consola de videojuegos de la historia: Brown Box, que llegó al mercado en 1972 con el nombre comercial de Magnavox Odyssey.
Odissey permitía la ilusión de cazar patos en el televisor a través de puntos de luz. Diez años después los modelos Master System de Sega y Famicom de Nintendo copiaron este concepto.
Baer siguió contribuyendo al desarrollo de nuevas Odyssey pero también creó varios juegos electrónicos. El más popular fue Simon, que cosechó éxito en el mercado durante décadas. Este juego era un plato redondo y se debía repetir una secuencia de luces.
En 2006 Baer donó todos sus prototipos y documentos al instituto Smithsonian de Washington. A lo largo de su vida registró 50 patentes en EEUU y más de 100 en todo el mundo.
La historia
Durante los años 60 en Estados Unidos se estaba viviendo una pequeña transformación tecnológica en muchos hogares: la llegada del televisor a color. Casi 80 millones de pantallas que se utilizaban para ver las noticias, programas de ficción y que, como decía Baer , suplicaban ser utilizadas para algo más. De esa idea empezó un borrador de cuatro páginas de lo que originalmente se denominó como caja de videojuegos para un televisor.
Entre septiembre de 1966 y febrero de 1967 Baer y Bob Tremblay desarrollaron el primer prototipo de su concepto de videoconsola. Su nombre era Chase y se trataba de un videojuego muy simple donde dos personas jugaban a perseguirse entre ellas. Cada una estaba representada por un punto y el control era rudimentario pero efectivo. Herb Campman, de Sanders Corporate, vio la idea con buenos ojos y les concedió 2.500 dólares  para seguir adelante.
El tiempo pasa, Baer y Tremblay refinan su diseño y empiezan a crear diferentes variaciones de ese rudimentario Chase: Handball, Golf y Ping Pong. La consola que presentaron tenía el nombre de Brown Box y aunque no era muy creativo describía a la perfección el dispositivo: un mueble de madera que cubría el cerebro de su creación. Con ella, dos mandos con diales rotarios e interruptores. El producto final estaba un poco más cerca.
El siguiente paso para Ralph Baer era encontrar alguien que le permitiera llevar su invención a esos hogares estadounidenses que acogieron la televisión en sus hogares. Primero lo intentó con General Electronics y Motorola pero aunque la idea les pareció muy innovadora no decidieron invertir en ella. Finalmente fue Gerre Martin, vicepresidente de marketing de Magnavox por aquel entonces, quien decidió darle una oportunidad.
A pesar de la buena crítica que recibió la consola, Magnavox llegó a 130.000 hogares durante las primeras navidades. Cuando se abandonó la consola en 1975. En total de lo que fue el primer videojuego se lograron vender 330.000 unidades y 80.000 rifles de luz. Sí, este accesorio también fue invención de Ralph Baer.